lunes, 1 de septiembre de 2025

Refugio Antiaéreo - Baena

 Ya hemos hablado en otras ocasiones sobre los distintos bombardeos aéreos que tuvieron lugar en Córdoba y provincia durante la Guerra Civil por parte de ambos bandos. Y de la necesidad de protegerse contra ellos. Hoy nos detenemos en Baena para mostraros uno de los pocos refugios antiaéreos que ha llegado hasta nuestros días en perfectas condiciones.

Desde el interior del refugio.
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Arcángel Bedmar en su libro "Baena roja y negra. Guerra y Represión (1936 - 1943)" cifra en al menos 19 los bombardeos de la aviación republicana sobre Baena. Julio R. Fernández García, en su trabajo "Los bombardeos de Baena y Cabra de otoño de 1938" publicado en la revista de Historia y Actualidad Militar "ARES" también ofrece un estudio pormenorizado del tema que podéis consultar en el siguiente enlace:

>==> LOS BOMBARDEOS DE BAENA Y CABRA DE OTOÑO DE 1938 <==<

Entrada desde el patio de una de
de las dos viviendas que compartían
el refugio.
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Al igual que vimos en los >==> REFUGIOS DE LA ELECTROMECÁNICAS <==<, éste refugio era compartido por dos viviendas. Con acceso independiente desde el patio de cada una de ellas. Cómo ya sabemos, los dos accesos además de facilitar la entrada, aseguraban la salida en el caso de que los derrumbes o la metralla de la explosión bloquearan alguna de las entradas.

Esta parte del refugio permanece
tal cual se construyó. Al fondo, el
tabique hecho de ladrillo que separa
ambas viviendas. 
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El pasillo principal, hoy separado entre ambas viviendas mediante un tabique, tiene una longitud total de aproximadamente unos 9 metros, una anchura alrededor del metro y una altura que oscila entre 1,5 y 1,8 metros. Tiene forma de L. Al estar la calle en cuesta, salva el desnivel entre ambas viviendas, con unos peldaños que bajan desde la que está más alta y una pequeña inclinación hacia arriba en la que está más baja.

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"Para proteger al vecindario de los ataques aéreos se utilizaron varios recursos, como colocar pantallas protectoras al alumbrado público durante la noche, y construir refugios con el trabajo o la aportación económica obligatoria de los vecinos. También se dispuso a través de un bando municipal (11 de octubre de 1937) que las casas con sótanos permanecieran abiertas durante todo el día para que en caso de bombardeo pudieran ser utilizadas y la obligación de sus dueños, bajo pena de multa o denuncia por incumplimiento de mantenerlos en condiciones de seguridad e higiene. A la entrada de estas casas los agentes municipales colocaron carteles anunciando que servirían de refugio" (*)

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Observese el pequeño peldaño que
asciende hacia el refugio desde el patio 
de la vivienda situada mas abajo.
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En este caso, y como se puede apreciar en la siguiente foto, no hay necesidad de excavar el terreno pues por encima del refugio había cerca de 6 metros de construcción solida que ofrecían una sobrada protección. En los años 80, los actuales propietarios rebajaron esa distancia para hacer una habitación en el piso de arriba del refugio.

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Muros resistentes de 0,80 metros.
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La parte del refugio que comparte la segunda vivienda presenta similares caracteristicas, aunque el recodo en el inicio es más grande, un pasillo de 3,8 metros que gira hacia el pasillo principal con una longitud de 4,2 metros aproximadamente (prácticamente igual al anterior). El acceso es más ancho, 0,75 metros frente a los 0,56 del anterior. Aquí se han hecho algunas obras de mejora sobre este espacio.

Patio 2ª vivienda y acceso al refugio.
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Pasillo de acceso. Los peldaños
en esta ocasión bajan para salvar
el desnivel con la vivienda contigua
que está más abajo.
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A día de hoy no podemos datar la fecha de construcción de estos refugios en concreto, quienes los construyeron, ni cuantos de similares caracteristicas se hicieron y han llegado hasta nuestros días. En el Archivo General Militar de Ávila se conservan varios documentos fechados entre noviembre de 1938 y enero de 1939 en los que desde el Cuartel General del Generalísimo se dan las instrucciones necesarias para la creación de este tipo de refugios. Compartimos con vosotros dos de ellos fechados en Cabra y Baena.

Cabra a 11 de diciembre de 1938.
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Baena y Cabra. Diciembre 1938 y
enero 1939.
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En los meses de noviembre y diciembre de 1938, la actividad del Cuerpo de Ingenieros en la provincia de Córdoba dominada por el Ejército del Sur era febril, construyendo todo tipo de fortificaciones, abrigos, nidos de ametralladora, fortines, etc., creando nuevas líneas y reforzando las ya existentes. Tenemos constancia que había al menos 9 secciones de las Compañías de Zapadores 1ª, 16ª, 20ª y 22ª junto a dos Batallones de Trabajadores, los números 37 y 5 respectivamente. Y también sabemos que los Puestos de Mando de todas estas unidades se encontraban en Baena en esa misma fecha. Cabe pensar que alguna huella de ello dejarían en la población.

Pasillo principal de la 2ª vivienda. Donde
está el crucifijo, es el tabicado que separa
la otra vivienda.
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Aquí se puede ver el abovedado 
característico de este tipo de refugios.
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Agradecer a Alberto y las dos familias propietarias de las viviendas permitirnos su acceso y dejarnos compartir con vosotros este trozo de Historia.
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(*) Baena roja y negra. Guerra Civil y represión (1936 - 1943)

sábado, 16 de agosto de 2025

Refugio Antiaéreo (II) - Bujalance

 En su día os mostramos las huellas que dejó el bombardeo de la Legión Condor sobre Bujalance. También tuvimos la oportunidad de mostraros un refugio antiaéreo bajo el suelo de una casa solariega, algo excepcional en nuestra provincia. Hoy pasamos a mostraros otro refugio antiaéreo en el interior de una gran casa en Bujalance y que ha llegado hasta nuestros días en unas condiciones inmejorables.

Detalle del interior del refugio y del abovedado
típico de este tipo de construcciones.
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En diciembre de 1936 y tras el bombardeo del día 14, las tropas de la Columna Redondo entran en Bujalance, quedando éste bajo control del Ejército sublevado hasta el final de la Guerra Civil, estableciéndose en la localidad la Jefatura Militar de la 1ª Brigada de la 31ª División del Ejército del Sur (nacional) cuyo Cuartel General se encontraba en Castro del Río. Posteriormente, en noviembre de 1938 la Jefatura Militar de la 31ª División fue trasladada a Bujalance al mando del Coronel del Estado Mayor D. José A. Martín Prats.
Acceso al refugio, convenientemente
protegido.
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El refugio cuenta con una única entrada y una escalera en recodo con el fin de evitar los efectos de la onda expansiva y la entrada de metralla y escombros a consecuencia de las explosiones.
El primer tramo de la escalera tiene 8 
peldaños y una anchura suficiente para 
poder bajar por ella cómodamente.
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Detalle del recodo de la escalera.
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Tras el quiebro de la escalera otros 8
peldaños nos llevan hasta el interior del refugio.
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Tiene forma rectangular y techo abovedado, con una longitud de 4,5 metros por 1,3 de ancho. Su altura oscila entre 1,9 y 2,1 metros. Cuenta con dos respiraderos (hoy cegados) y tenía un pequeño desagüe cubierto con una rejilla. 
Interior del refugio. Arriba en el centro
uno de los respiraderos.
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Detalle del respiradero.
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Con las medidas anteriores y calculando entre 4 y 5 personas de pie por metro cuadrado (con arreglo a la capacidad de otros refugios de la época) en los momentos críticos del bombardeo podría albergar entre 22 y 27 personas de pie.
Otra perspectiva del interior.
Donde hoy está la arqueta había un pequeño
desagüe. El día de nuestra visita el refugio
estaba recién pintado.
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No hemos localizado hornacinas ni soportes para lámparas, lo que sugiere que el refugio disponía de iluminación eléctrica. Esta creencia se ve reforzada por la presencia de aisladores cerámicos, que consideramos originales de la construcción. Su disposición indica que probablemente existía un punto de luz en cada tramo de escalera y otro en el interior del refugio. Estos aisladores mantenían el cableado separado de la pared, evitando problemas derivados de la humedad o el calor excesivo. La electricidad podría haberse tomado de la red urbana o, en su defecto, de un generador propio.
Aisladores cerámicos para punto de luz.
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Aisladores cerámicos.
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Hacia el exterior.
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Hacia el exterior.
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Hacia el exterior.
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Hacia el exterior.
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Situado frente al antiguo Hospital de San Juan de Dios (hospital de sangre durante la Guerra Civil) creemos que fue utilizado por el personal médico que atendía el mismo.
No podemos precisar la fecha de construcción, pero atendiendo al grafiti encontrado en el primer refugio, creemos que éste también fue construido por la 1ª Sección de la 12ª Compañía de Zapadores de la 31ª División del Ejército del Sur. Tenemos constancia que en junio de 1938 se encontraba fortificando en este Subsector.
Patio del Antiguo Hospital.
Residencia Fundacional San Juan de Dios.
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Patio del Antiguo Hospital.
Residencia Fundacional San Juan de Dios.
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Muchas gracias a los propietarios de la vivienda por el magnifico estado de conservación en que se encuentra este refugio. Asimismo agradecerles que nos hayan permitido entrar en su casa y dejarnos compartir con vosotros este pequeño gran trozo de nuestra Historia. Gracias también a Miguel Vilches por toda la ayuda que nos presta y ha prestado desde que comenzamos con esta aventura que ya va camino de los 10 años.
Os dejamos los enlaces a las dos publicaciones anteriores que hicimos sobre Bujalance y a un pequeño vídeo que hizo la Sexta TV.


>----> REFUGIO ANTIAÉREO - BUJALANCE <----<


jueves, 7 de agosto de 2025

Abrigo en galería de mina - Sierra Sur de Jaén

Hoy os mostramos uno de los distintos abrigos en galería de mina que venimos recorriendo por la Sierra Sur de Jaén. Éste en concreto cuenta además con unos grafitis de los que hasta ahora poco hemos podido interpretar. Fue construido por tropas republicanas. 

Grafitis al comienzo del abrigo.
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 La comarca de la Sierra Sur de Jaén está formada por los pueblos de Alcalá la Real, Alcaudete, Castillo de Locubín, Frailes y Valdepeñas de Jaén. Todos ellos en poder de la República durante la guerra, salvo Alcalá la Real y dos de sus aldeas, Charilla y Santa Ana, que fueron tomadas por las tropas sublevadas a finales de septiembre de 1936.

Aspecto que presenta uno de los 
dos accesos.
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Según los reglamentos de la época el abrigo tenía por misión "proteger las tropas y el material hasta el momento de entrar en combate". Los abrigos se caracterizan por la existencia de un techo protector y son obras que protegen contra los fuegos, cualquiera que sea la clase de estos, dependiendo su valor, respecto a dicha protección, del modo en que están construidos. 

Comenzamos nuestro recorrido.
Arriba a la derecha podemos ver
parte de los grafitis.
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Los abrigos se clasificaban:

Por el fin a que eran destinados, uso personal (puestos de mando, de socorro, abrigos de tropa, etc) para material (víveres, munición, etc) o mixtos, ambas cosas.

Por su capacidad, individuales o colectivos. 

Por su misión en el combate, activos que permitían a sus ocupantes además del resguardo la posibilidad de hacer fuego desde ellos y pasivos que sólo aseguraban la protección contra las vistas y el fuego enemigo.

Durante todo su recorrido el 
abrigo va haciendo un ligero 
zigzagueo.
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Por su instalación, podían ser superficiales o subterráneos.

Por su modo de construcción podían ser de excavación a cielo abierto o en galería de mina. En estos últimos se requiere material de mina para su construcción y tienen por cubierta protectora el mismo terreno natural.

Por último, por su resistencia podían ser ligeros o "a prueba". Los primeros sólo protegen del fuego de artillería ligera y proyectiles de pequeño calibre. Los segundos resisten un tiro sistemático y reglado de piezas de mediano calibre y explosiones aisladas de los proyectiles de la Artillería pesada.

A lo largo de todo el recorrido 
hemos encontrado varias hornacinas
para luminarias.
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Todos los abrigos debían tener una fácil comunicación con el puesto de centinela y las posiciones a ocupar en el combate. Asimismo debían contar con al menos dos salidas, evitando así la posibilidad de quedar atrapados si una era bloqueada por efectos de metralla, derrumbes, etc. 

El ennegrecido de las hornacinas
delata cual era su función,
soportes de luminarias.
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De acuerdo a la clasificación anterior, éste abrigo sería de uso personal, no hay dependencias para almacenamiento, colectivo, para varios soldados, pasivo, no hemos visto nidos ni puestos de tirador en sus bocas, subterráneo y "a prueba" por su capacidad de resistencia.

Nos acercamos a un pequeño desnivel
que es salvado mediante unas 
escaleras labradas en el suelo.
La flecha nos indica un estante.
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De aproximadamente unos 32 metros de largo su anchura oscila entre 0,8 y 1,5 metros. Debido a la sedimentación la altura es hoy en día difícil de cuadrar. Hemos medido entre 0,8 y 2,5 metros. Los 2,5 metros en la parte escalonada que salva el desnivel entre ambas bocas. En condiciones normales, deberían poder caminar de pie los que allí se refugiaban.

Detalle de las escaleras.
Observese el zigzagueo.
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Continuamos.
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Afortunadamente, hoy sólo buscan
refugio aquí cientos de opiliones o
arañas patudas, inofensivas para el 
hombre y este solitario murciélago.
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En busca de la salida.
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Salimos.
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Desde el exterior podemos hacernos
una mejor idea del tamaño de la entrada
hoy  día observando a Dani en
su interior.
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Respecto a los grafitis, aún no hemos sido capaces de descifrar su significado. En el principal podemos leer 1º Mª 5º y abajo 1938 V.R. todo ello enmarcado en un recuadro. Junto a éste, hay otros. Algunos creemos son posteriores por el tipo de caligrafía y la profundidad del tallado, pero también apreciamos otro Mª 5, lo que parece una fecha, un 21, que podría hacer alusión a la División republicana que defendía el sector y algunos signos más ininteligibles. Como siempre, cualquier ayuda que nos ayude a facilitar su comprensión será bienvenida.

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Junto a ambas entradas hemos encontrado restos de "chabolos" y caminos cubiertos que nos llevan hacia trincheras y posiciones defensivas que hoy escapan de esta publicación y que os mostraremos más adelante.

Habitáculo junto a uno de los 
accesos.
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Pequeño abrigo junto al
otro acceso y hoy en día
cegado.
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